sábado, 10 de enero de 2009

...

Fué un fatídico día de diciembre, aquel en el que te sumiste en un sueño eterno tras pasar apenas una semana en esa blanca cama de hospital. El día en que nos dijeron que no abrirías los ojos nunca más sólo deseaba cambiarme por tí, ser yo la que estaba dormida.
"Todo es una pesadilla", pensé al día siguiente...y de camino a casa sólo soñaba con que fuera un mal sueño...
Fue difícil verte en esa habitación llena de cables, llena de tubos...pero por lo menos estabas ahí. En mi interior algo me dice que nos escuchabas, estoy segura.
Pero fue todavía más difícil verte al día siguiente en la otra habitación, la que no era de hospital.
A día de hoy, cuando aún no ha pasado un mes, te llevo las 24 horas del día conmigo, sin olvidar tu recuerdo. Me niego a aceptar que esto haya ocurrido. no lo asimilaré nunca. Sé que tú no estas en ese muro de hormigón adornado con un manto de flores.
El destino ha hecho que tu vitalidad se apague, que se cierre tu sonrisa, que tu voz se sume en el silencio. Pero eso es solo físicamente.
sólo me queda decir que he sido la persona mas afortunada del mundo por conocerte, por entrar en tu vida, por pasar momentos inolvidables juntas. Los malos momentos quedan atrás a la hora de recordar, pues lo bueno es lo que pesa y rompe la balanza.


Pese a la cantidad de tiempo que pase, no lo aceptaré nunca. Porque para mí, sigues a mi lado.


te echo de menos tantísimo...

No hay comentarios: