:)

hace casi 21 añitos...

con el señor A.(mi padre, qué joven era, y qué bien se conserva ahora)

cómo pasan los años, y la de cosas que se viven en ellos
todos los errores que se cometen
y todos los errores de los cuales aprendes
aunque haya gente que piense que los sigues cometiendo


y todos los buenos momentos que pasan
y la de gente que pasa por tu vida
unos siguen
otros seguirán
y los que ya no están


y los que un día se fueron para siempre, y por mentira que parezca nunca volverán.




en la foto no sabía tdo lo que podría vivir...y lo que tendría que pasar. No naces con un libro de instrucciones para la vida.
¿cómo se da un beso?
¿cómo no mostrar tus sentimientos al mundo?
¿cómo ser menos sensible?
¿cómo afrontar una muerte?

y ahí es donde vas escribiendo tu propia enciclopedia de la vida, la cual hay que actualizar antes de que se quede anticuada....

Queda prohibido

Queda prohibido llorar sin aprender,

levantarte un día sin saber que hacer,

tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,

no luchar por lo que quieres,

abandonarlo todo por miedo,

no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,

hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos,

no intentar comprender lo que vivieron juntos,

llamarles solo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente,

fingir ante las personas que no te importan,

hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,

olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,

tener miedo a la vida y a sus compromisos,

no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin

alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,

todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,

olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,

pensar que sus vidas valen mas que la tuya,

no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,

no tener un momento para la gente que te necesita,

no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,

no vivir tu vida con una actitud positiva,

no pensar en que podemos ser mejores,

no sentir que sin ti este mundo no sería igual.

siempre c o n t i g o

y siempre recordaré tu sonrisa, tus groserías, tu felicidad...tus ganas de vivir.
Siempre irás dentro de mí.
Y siempre estaré contigo allí donde estés.

...

Fué un fatídico día de diciembre, aquel en el que te sumiste en un sueño eterno tras pasar apenas una semana en esa blanca cama de hospital. El día en que nos dijeron que no abrirías los ojos nunca más sólo deseaba cambiarme por tí, ser yo la que estaba dormida.
"Todo es una pesadilla", pensé al día siguiente...y de camino a casa sólo soñaba con que fuera un mal sueño...
Fue difícil verte en esa habitación llena de cables, llena de tubos...pero por lo menos estabas ahí. En mi interior algo me dice que nos escuchabas, estoy segura.
Pero fue todavía más difícil verte al día siguiente en la otra habitación, la que no era de hospital.
A día de hoy, cuando aún no ha pasado un mes, te llevo las 24 horas del día conmigo, sin olvidar tu recuerdo. Me niego a aceptar que esto haya ocurrido. no lo asimilaré nunca. Sé que tú no estas en ese muro de hormigón adornado con un manto de flores.
El destino ha hecho que tu vitalidad se apague, que se cierre tu sonrisa, que tu voz se sume en el silencio. Pero eso es solo físicamente.
sólo me queda decir que he sido la persona mas afortunada del mundo por conocerte, por entrar en tu vida, por pasar momentos inolvidables juntas. Los malos momentos quedan atrás a la hora de recordar, pues lo bueno es lo que pesa y rompe la balanza.


Pese a la cantidad de tiempo que pase, no lo aceptaré nunca. Porque para mí, sigues a mi lado.

te echo de menos tantísimo...

Lucha, Desi

La vida es injusta y caprichosa. Pero sobre todo injusta.
Un día eres feliz, con tus amigos. y al día siguiente tienes que luchar la batalla más dura, la de la vida. Luchar por despertar de un estado que nadie sabe cómo es. Luchar por recuperar la vitalidad que te caracteriza. Luchar por sobrevivir.

Y mientras a todos los demás nos queda armarnos de paciencia. De ánimo. De estar unidos por tí. Por que salgas adelante. Porque el día que despiertes (que lo harás) verás que estaremos contigo.

Lucha por despertar. Lucha por tu familia. Y lucha por tu vida, que aún te queda mucha.

play: Ready to fall - Rise Against

Lo que hace la morriña.
Tras unas semanas sin ir a casa, este fin de semana por fin fuí a hacer una visita. Uno de los motivos fue por fuerzas mayores, ya que así me quitaba preocupaciones. ¿no pensáis que la familia tiene una manía horrible por ocultar cosas cuando estás fuera de casa, en principio, para "no preocuparte"? En mi opinión eso es lo peor que pueden hacer, porque tú les conoces y ellos a tí. Y cuando algo no va bien notas ese tono detrás de la línea telefónica y sólo consiguen que te preucupes más.
Y aunque al final (y esperemos que de momento) no haya sido nada grave, me he quitado preocupaciones de encima (aunque ciertas palabras hagan que se te ponga un nudo en el estómago como síntoma de miedo).
Y tras un fin de semana familiar, y de aquí hasta el 20 de enero, toca encerrarse y estudiar, que no están las cosas como para permitirse el lujo de suspender :)

un poco de desvarío (pero lo justo)

Platero y tú de fondo. Un paquete de tabaco (del barato, que aunque suene rancio, estamos en crisis). Una cama incómoda. Una nevera vacía. Una mañana fría de otoño. Apuntes sobre la mesa. Y mirando el techo, buscando las ganas de estudiar.
y sí, me gusta mi carrera, pero no me gusta esta ciudad. Demasiadas etiquetas, demasiada imagen, demasiado postureo. Aunque el fin de semana no ha estado mal, tranquilito, de esos que me gustan a mí.
Unos pocos litros de cerveza el viernes, escuchando buena música con mi compañera de piso, en quien he enconrado lo que se podría denominar como amiga. Conociendo gente extraña pero agradable.
Un sábado de tarde en casa, tirados en el sofá y después sesión de cine con su dosis de lagrimeo. Él comiendo palomitas un tanto saladas y yo con mi inseparable botellín de agua.
Domingo con un apetecible paseo de otoño, él comiendo las típicas castañas propias de la época. yo con una bolsa de Lacasitos (algo rancios, sí).
Y ahora una nueva semana, con su especial rutina, aunque siempre con algún detalle que otro que la hace especial.